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La estatua de Franco

Hoy han puesto en el telediario las imágenes de la grúa quitando la estatua de Franco, en Madrid. También sacaban a la gente que estaba allí viendo el tinglado: unos alegres, como Miguel Ríos que pasaba por allí; otros indignados, que le cantaban el "Cara al sol" a la estatua, firmes y orgullosos. Es curioso que en todos los temas que pueden salir siempre hay dos personas que tienen opiniones totalmente opuestas. Como siempre, está el tícpio tontaina que se desgañita diciendo que los republicanos tampoco eran mancos (segundo punto del post anterior, ¿se dan cuenta?).

Como yo soy de los que se alegran, voy a comentar algunos de los argumentos que se dijeron en la noticia en contra de la retirada:

Hay que dejar la estatua para preservar la memoria histórica.

Hay personajes históricos sin estatua en España que siguen formando parte de nuestra memoria (por ejemplo, Abderramán III). Para que un intervalo de la historia no se olvide no es necesario construir una estatua; de lo contrario no habría suelo en España para que los mafiosos de las constructoras se enriquecieran. Estaría todo cubierto de estatuas.

Hay que dejar la estatua porque Franco salvó a España.

Pero lo hizo mediante una guerra donde murió mucha gente. Como lo que menos me gusta es morir, opino que Franco hizo algo malo, así que no veo la salvación por ninguna parte. No veo bien eso de salvar a España matando gente.

En mi opinión, las estatuas representan ideas que nos inspiran y de las que nos sentimos orgullosos. En general, deberíamos querer parecernos en algo a la gente que ha sido ensalzada de esa manera. Dado que poca gente comparte las ideas de Franco -de lo contrario, alguno de los partidos de ideología franquista habría ganado las elecciones- y teniendo en cuenta los comentarios anteriores, no veo ningún motivo de peso para que la estatua siga allí. En cambio, sí tengo algún motivo para defender su retirada: La dictadura no es un buen sistema de gobierno porque restringe libertades básicas, así que los dictadores no son ejemplos a seguir. Merecen un sitio en la historia, pero no un ensalzamiento especial como el que ofrecen los monumentos y las estatuas.

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